Y él dijo esa palabra que empezamos a usar para no usar la
otra, pero al final adquirió el mismo significado.
Y quise dar la espalda al cansancio que me da las cosas que
pasan cuando no pasa nada.
Y conté hasta tres, pero él no quiso esconderse
Fue eclipsado por la luz de la destrucción que él conocía y
que antes fue su hogar
Y quise contar hasta tres de nuevo, pero las matemáticas
fallaron y ese sentimiento que se creía eterno aceptó sus incapacidades.
Y quise huir, pero mis piernas también fallaron y no me
permitieron esconderme
Y me quedé ahí parada, viendo como los trocitos llegaban
hasta mí y ensuciaban mis zapatos.
Esos zapatos que quise cuidar, para que la caminata con
compañía dure más
Esa caminata que quise cuidar, para que al final del camino
encontremos descanso
Ese final del camino al quise llegar, para que las
cicatrices de las caminatas sin compañía ya no sientan rencor
Esas cicatrices que quise conservar, para recordar que mis
brazos ya no luchan para mí
Estos brazos a los que lastimé en la búsqueda de su
sanación.
Esa sanación que creí encontrar en ese sentimiento
artificialmente eterno.
Ese sentimiento artificial que fue más real que el dolor.
Te comprendo .....
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