“What about love?” she asks, and looks at the tattoo he has on his arm.
“What about love?” he repeats like he wasn’t paying attention. But she knows he does it when he doesn’t want to give an answer. Maybe he doesn’t have one.
So she lets the smell of the coffee on her hands distract her, looks out the window and starts wondering if people are conscious of their reasons for waking up in the morning.
“You know” he starts- she doesn’t look at him, knowing it’s easier for him to talk if he doesn’t feel examined- “when I first met you, I thought that you had the face of someone with many answers-”
“But it turns out I have a lot of questions.” She takes a sip of the coffee and wonders if love can be described as coffee: warm, bitter or sweet, whichever way you prefer, always giving you energy, even when your eyes hurt from fatigue.
“You just don’t recognize your own answers.” He says, and for the first time today, looks directly in her eyes.
“Tell me one.”
“What?”
“An answer I don’t recognize.”
“Well, you’re always talking about how sick you are of everything, and how tired you are of being surrounded by people… But you always give your best smile when you greet someone, even if you don’t know them. And they’re not fake… The smiles, I mean, they’re always the good ones.”
She gives thought to this, playing with the napkins.
“Is it enough? Do you still think that I’m someone who has many answers?”
“Sometimes the questions are answers.”
“That’s bullshit.”
“So is your perception of the world and still you base your decisions on it.”
“They’re always bad decisions.”
“You just don’t accept yourself.”
“You said that my perception is bullshit.”
“That was only because I knew you wouldn’t defend yourself. No one can say that something in your life is wrong when no one can really understand what life is.”
“You’re talking too much today.”
“Last time, you said that I never share my thoughts.”
“That doesn’t mean I want to hear them.”
“You also said that you like when I share what’s going on inside my head.”
“Touché.”
“I guess its the winter. This season inspires me.”
She finishes her coffee in silence, wondering if people can even comprehend what inspiration is.
She also wonders if love can be found in the form of the cold breeze in a winter afternoon, when the sun is trying its best but she finds home in the cool air.
She wonders if love can be found in the form of a quiet walk or maybe in a conversation, coffee in hands. Or in the form of an effort to make eye contact, or in the calm but insistent need to make someone know how much you appreciate their company.
She wonders if love can be found in the strange form of a pleasant smile… in goodbyes that aren’t real goodbyes… because you’ll reach for each other again. If not today, tomorrow, and if not tomorrow, someday.
viernes, 21 de diciembre de 2018
lunes, 30 de julio de 2018
No entendemos la eternidad.
Quiero hablar de la manera en que el mundo es màs bonito cuando amanece sobre tu rostro. Pero no podemos verlo. Estamos tan empeñados en llorar que no podemos ver la hermosura en el dolor. Y tù dueles tanto. Tan dulce, tan profundo, tan presente dolor.
Dolor cuando beso tu frente y tù suspiras, porque los mortales no entendemos la eternidad. Y yo te susurro palabras que se sienten muy grandes en mi boca, se sienten como mentiras, porque no merezco amarte. Y me siento inùtil porque no puedo retenerte a mi lado, mierda, ni siquiera puedo retener tu imagen en mi memoria.
Y vamos a olvidar, porque nadie merece vivir para siempre, ni siquiera en un recuerdo. Te voy a olvidar, seguro. Voy a olvidar la manera en que lloraste cuando me fui y tù vas a olvidar la manera en que sentì miedo. Porque siempre tuve miedo.
Vamos a olvidar la vergüenza y vamos a olvidar este dolor. Vamos a olvidar que querìamos sostenernos la mano, y vamos a olvidar todas las veces que tuve que desviar la mirada para que nadie notara lo que sentìa por ti. ¿Vamos a olvidar?
Vamos a olvidar la culpa y la recordaremos cuando seamos castigadas. Por querer lo prohibido, por soñarlo y por experimentar aquello a lo que no tenìamos derecho. Vamos a olvidar el pecado, pero nunca dejaremos de ser pecadoras. Vamos a olvidar el placer, pero no evitaremos que nos pasen la factura por ello.
Pero no sè cuànto tomarà. No sè cuànto tarda el olvido en llegar. No sè cuànto tarda en visitarnos si le cerramos la puerta.
Y tendrè que recibir el castigo incluso cuando sè que no podrè soportarlo, porque tampoco soportè el deseo de besar tu boca ni acariciar tu cabello, no soportè la necesidad de soñarte, ni el miedo de perderte. Pero nunca me perteneciste, porque a mì no me toca tener las cosas bonitas, a mì me toca dañarlas.
Asì que serà doble el castigo, por desear tener algo que no merecìa, y por intentar tenerlo y dañarlo. Asì que perdòname, por dañar tu belleza al llenarte de miedo, por traicionar tus ojos hacièndoles llorar, por pervertir tus manos al tenerlas entre las mìas.
Pèrdoname, porque ni tù ni yo merecìamos que me quisieras, pero lo hiciste. Me quisiste bonito, y de verdad. Me quisiste cuando tenìa pesadillas, y ojeras, y un cigarrillo entre los dedos, y toda la negatividad en la mirada. Me quisiste cuando te confesè mis pecados y me quisiste cuando fallè a mi potencial. Me quisiste cuando esperabas una respuesta y yo me quedè en silencio. Me quisiste cuando te fuiste, cuando volviste y cuando yo te escribì poemas rotos acerca de còmo todo podìa salir mal. Me quisiste cuando te dije que deseaba no sentir el amor que te tenìa, cuando te dije que era mejor estar lejos. Me quisiste cuando mi incoherencia me llenaba de miedo al mismo tiempo en que yo besaba tu cuello.
Me quisiste bonito, niña, como se puede querer a lo que va a morir. Y yo te quise lo màs bonito que pude, con lo poco que te pude dar.
Te soñè, te extrañè, te adorè, y te dejè ir. Porque los mortales no entendemos la eternidad, y por eso no podemos estar seguros de hasta cuàndo nos perseguirà el recuerdo.
Dolor cuando beso tu frente y tù suspiras, porque los mortales no entendemos la eternidad. Y yo te susurro palabras que se sienten muy grandes en mi boca, se sienten como mentiras, porque no merezco amarte. Y me siento inùtil porque no puedo retenerte a mi lado, mierda, ni siquiera puedo retener tu imagen en mi memoria.
Y vamos a olvidar, porque nadie merece vivir para siempre, ni siquiera en un recuerdo. Te voy a olvidar, seguro. Voy a olvidar la manera en que lloraste cuando me fui y tù vas a olvidar la manera en que sentì miedo. Porque siempre tuve miedo.
Vamos a olvidar la vergüenza y vamos a olvidar este dolor. Vamos a olvidar que querìamos sostenernos la mano, y vamos a olvidar todas las veces que tuve que desviar la mirada para que nadie notara lo que sentìa por ti. ¿Vamos a olvidar?
Vamos a olvidar la culpa y la recordaremos cuando seamos castigadas. Por querer lo prohibido, por soñarlo y por experimentar aquello a lo que no tenìamos derecho. Vamos a olvidar el pecado, pero nunca dejaremos de ser pecadoras. Vamos a olvidar el placer, pero no evitaremos que nos pasen la factura por ello.
Pero no sè cuànto tomarà. No sè cuànto tarda el olvido en llegar. No sè cuànto tarda en visitarnos si le cerramos la puerta.
Y tendrè que recibir el castigo incluso cuando sè que no podrè soportarlo, porque tampoco soportè el deseo de besar tu boca ni acariciar tu cabello, no soportè la necesidad de soñarte, ni el miedo de perderte. Pero nunca me perteneciste, porque a mì no me toca tener las cosas bonitas, a mì me toca dañarlas.
Asì que serà doble el castigo, por desear tener algo que no merecìa, y por intentar tenerlo y dañarlo. Asì que perdòname, por dañar tu belleza al llenarte de miedo, por traicionar tus ojos hacièndoles llorar, por pervertir tus manos al tenerlas entre las mìas.
Pèrdoname, porque ni tù ni yo merecìamos que me quisieras, pero lo hiciste. Me quisiste bonito, y de verdad. Me quisiste cuando tenìa pesadillas, y ojeras, y un cigarrillo entre los dedos, y toda la negatividad en la mirada. Me quisiste cuando te confesè mis pecados y me quisiste cuando fallè a mi potencial. Me quisiste cuando esperabas una respuesta y yo me quedè en silencio. Me quisiste cuando te fuiste, cuando volviste y cuando yo te escribì poemas rotos acerca de còmo todo podìa salir mal. Me quisiste cuando te dije que deseaba no sentir el amor que te tenìa, cuando te dije que era mejor estar lejos. Me quisiste cuando mi incoherencia me llenaba de miedo al mismo tiempo en que yo besaba tu cuello.
Me quisiste bonito, niña, como se puede querer a lo que va a morir. Y yo te quise lo màs bonito que pude, con lo poco que te pude dar.
Te soñè, te extrañè, te adorè, y te dejè ir. Porque los mortales no entendemos la eternidad, y por eso no podemos estar seguros de hasta cuàndo nos perseguirà el recuerdo.
sábado, 26 de mayo de 2018
It really is.
We used to
be scared
Of the
storm
Of the
night
Of the
forest
Of ourselves.
We used to
run
And hide
It was fun
for us
It was
never a necessity.
We used to
be scared of the waters
So we would
hold hands
And then we
wouldn’t drown.
Later we’d
learn
That water
Wasn’t the
only thing
That’d
drown us.
We grew up
And weren’t
scared
Of the
storm
Nor the
night
Nor the
forest
Anymore.
But we’re
still scared of ourselves.
We’re still
running
Still
hiding
But it’s
not so funny anymore.
We’re not
scared of water
But it’s
not the only thing
That could
drown us.
And you let
go of my hand
But it’s
okay…
It really
is.
miércoles, 2 de mayo de 2018
Silencio.
Todo lo que conoces
Se está convirtiendo en trozos
De mentiras desparramadas
Que nadie quiere reconocer.
¿No dirás nada?
Ves el sufrimiento
En los ojos de quienes amas
¿No dirás nada?
No es tu culpa niña, no lo es
Pero cuando miras sus ojos tristes
Sus manos cansadas
Sus abrazos más prolongados
¿No dirás nada?
¿No preguntarás, niña?
¿No compartirás tu dolor?
Solías hablarle a un árbol, ¿recuerdas?
Le contabas cosas y hacías preguntas
¿Guardará ese árbol tus secretos?
¿Los guardarás tú?
Estás a una llamada
Pero la distancia te pesa
en los huesos
¿No harás la llamada, niña?
Te alimentas de la frustración
De la añoranza
Del rencor
¿No los sacarás afuera?
¿No serás el refugio?
De aquellos que también tengan dolor
Para que puedan sacarlo afuera
Y respirar.
¿No los escucharás?
¿Te quedarás en silencio?
Apreciando la caída
¿Te quedarás en silencio?
Dime, niña
¿No has estado callada lo suficiente?
¿A dónde te ha llevado eso?
¿Te ha hecho feliz?
Si quieres que el silencio sea tu hogar,
Quédate en él.
Pero no hagas tu hogar de algo que te hace infeliz.
Si llevas toda la culpa a cuestas
¿No pedirás perdón?
En voz alta niña,
Que tus susurros no llegan a mis oídos.
Más fuerte, niña, no tengas miedo
¿Acaso no te lastiman las palabras atascadas en tu garganta?
Grita, niña, sácalo afuera
Llora tus penas
Pide tus disculpas
Declara tu amor
Que no siempre
El silencio concede.
No siempre sabrán que los amas
Que los extrañas
Que los apoyas
Que te duele
Que entiendes
Que perdonas
Si no dices nada.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)