Hoy, más que nunca, quiero escribirte. Es catorce de febrero. Fecha especial, ¿eh? El sol brilla a través de la lluvia y me sofoca la humedad, siempre llueve en estas fechas. Lleve, llueve y no entiendo porqué.
El día de los enamorados nunca fue una buena fecha para mí. Cuando era niña, porque todos estaban entusiasmados por comprar regalos para otra persona. Todos tenían alguien a quien regalar algo, tal vez un beso debajo de la lluvia. Llueve,llueve y no entiendo porqué. Veía a mi hermana recibir almohadas con forma de corazones, osos de peluche (una cantidad incomprensible de osos de peluche innecesarios y más que molestos), flores, ropa. Y al día siguiente, nadie me daba nada por mi cumpleaños.
Cuando iba a cumplir quince años, la llamada de mi hermana, quien se encargó de agujerear la imagen perfecta que tenía de ella, arruinó el día. “Sólo estaré un rato en la cena, ya sabes, es el día de los enamorados.” Innecesarios y más que molestos. No entendí en qué momento ella dejó de verme como una hija, o en qué momento yo dejé de defenderla de las injusticias de un hogar hipócrita.
Está bien, estoy divagando. Debería hablarte de este catorce de febrero en particular. Me gustaría saber qué cosas pasaron por tu mente hoy, al recordarme. Hasta hace bastante poco nos imaginaba en esta fecha tomados de la mano. Agujerear la imagen perfecta. Tú siempre pensabas en qué regalo hacerme, no entendías que no hacía falta regalarme nada, y menos los dos días seguidos. Casi puedo sentir la incomodidad de nuevo.
Llueve afuera, y quisiera compartir lo que siento contigo. Es sólo que no sé. A veces parece que lo quiero de vuelta, pero los dos sabemos que la mayoría del tiempo sólo quiero dejarlo olvidado. No sé si lo extraño, no sé que siento al respecto. Me gustaría saber. Tal vez extraño, ¿quién dice que no? Tal vez no te extrañe, o no lo extrañe, tal vez me extrañe. Y lo que extraño (porque después de todo, sí extraño), es la seguridad. Sentirme protegida de mí misma.
No importa la fecha, ¿verdad que no? Es una estupidez pensar que es mejor o peor sólo porque el calendario marca un número. Pero no importan los números cuando quieres intentar miles de veces, o cuando quieres estar a miles de kilómetros. Sentirme protegida de mí. Pero de todos modos, quiero escribirte hoy, más que nunca.
Abrázame, haz con tus brazos un refugio, como solías hacer cuando creíamos que los cimientos estaban bien. Hoy, más que nunca. ¿Me abrazarías? Prometo no pedir perdón, si tú también prometes que no vas a hacerlo.
Escribo esta carta y ni siquiera sé si te la voy a enviar. Tengo el celular a mi lado y no me atrevo a marcar tu número. Después de todo, no contestarás. Número, números, no importan los números. Tengo muchas cosas que decirte, pero tal vez cuando ya no te necesite, la culpa pesará más. Me pregunto qué tanto me necesitaste, qué tanto me soñaste, o qué tanto escondiste ese vestido que me regalarías si yo no me hubiera puesto la capa de viaje.
Nada de esto importa. Yo sé a quién felicitaste por esta fecha, yo felicité a la misma persona. Entre bromas, siempre entre bromas. Ni siquiera sé. Entre bromas fue que al final me alejé de ustedes dos, las personas que más amé. Y al final, entre bromas digo: espero que olvides.
Yo olvido. Olvido bien. Olvidé tu película favorita y eso desencadenó en miles de bromas y decepción mal disimulada de tu parte. Entre bromas, siempre entre bromas. A veces hasta olvido cómo se sentía la calma antes de la tormenta, a veces, sólo puedo recordar el miedo en medio de la tempestad.
Al final no dije nada de lo que quería decirte. Igual que siempre. A veces. Al final te confundirías con mis palabras y te sentirías culpable. Al final pedirías perdón.
El dolor de cabeza no me deja en paz, así que yo dejaré en paz a este papel. Te confundirías. Tengo que preparar mi maleta, porque este año tengo cosas que hacer en mi cumpleaños. Yo, que nunca tengo responsabilidades importantes, tengo un largo viaje que hacer. Y pensar que meses atrás, cuando pensaba en mi cumpleaños, yo estaba segura que serías más cálido conmigo de lo que eres ahora. Estaba segura que pasaría el día escondiendo mi frente en tu cuello escuchándote decirme Te amo. Y ahora; no sé si estoy huyendo de ti, de ellos o de mí.
Es catorce de febrero, y hay rojo en todas partes. Hay rojo en mis uñas, incluso. Hay rojo en las promesas vacías. Te amo. Hay rojo en tus sábanas, escapando de tu pecho perforado. Pero no tengo tiempo para limpiar la habitación, tengo un avión que tomar.
Feliz día.
Hola Rosana! Disculpa que no te leyera el otro día. Mi señal es muy baja. Me encanta. Lo interpreto como una locura desatada que alguien la ocasionó y esta persona harta va meditando hasta concluir de pronto y gracias a los paréntesis (las cursivas) que es libre aunque ame así. Me encanta porque significa que nuestra libertad está por encima de sentimientos. Me he quedado impresionada por la forma de escribir y meter esos pensamientos espontáneos que le dan mogollón de vida. Muy bueno y un abrazo
ResponderBorrarHola Ana Lía! De verdad, gracias por tomarte el tiempo de leer y comentar, es muy bonito de tu parte.
BorrarY sí, no sabía muy bien cómo terminaría. La carta se fue desarrollando y dando vueltas.
Me parecen bonitas tus conclusiones, creo que ella más bien quería dejarlo atrás de una manera bastante literal.
Gracias por tu aporte (:
Hola, Rosana, buenas noches desde aquí.
ResponderBorrarEstaba curioseando por blogs y he aparecido aquí. He leído unas cuantas entradas, aunque no todas, y todavía no he encontrado nada que me desagrade, de hecho, lo que he encontrado me ha gustado.
Pero, disculpa, debería hacer algún tipo de presentación. Soy un enamorado depresivo; otro más, supongo. Suficiente presentación, jaja.
Volviendo a opiniones, me gustan tus entradas. Es un alivio y un placer ver que hay todavía gente que se esfuerza por escribir de forma correcta. He de decir que, como eso que he dicho ser, las entradas que he leído (y ésta particularmente) me han llegado bastante. Es inusual que me haya/s hecho sentir algo en el mar de apatía en el que vivo últimamente, y lo agradezco, sobre todo teniendo en cuanta que se trata de cosas oscuras y dolorosamente románticas.
Sigue escribiendo, seguiré leyéndote :)
Gracias, buenas noches. Ícaro
Primero que todo, siento haber tardado tanto en responder.
BorrarGracias por tu opinión, me alegra saber que lo que yo escribo tenga algún efecto además del que tiene en mí misma, aunque no quisiera responsabilizarme por cuál es.
Gracias por comentar.